Por: Prof. Yomaris Toro Quiles,Ma Ed
Colegas:
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Roberto Gómez Bolaños |
Durante esta semana conmemoramos la obra maestra del ingenioso Roberto Gómez Bolaños. Este hombre, con aptitud brillante, superó su entrada al mundo de las artes desde el espacio de la redacción de guiones en la década del 1950. Tal era su inventiva que fue reclutado para escribir el guión de varias películas de Viruta y Capulina. Eventualmente, se lanzó como actor en “Dos criados malcriados”. Con posterioridad su talento y dedicación le condujo a producir y crear diversidad de proyectos artísticos lo que lo convirtieron en una de las mentes lúcidas de la televisión, el teatro y la producción mexicana. Su seudónimo “Chespirito” es la forma diminutiva en español del nombre de Shakespeare, famoso escritor inglés, con quien los colegas de Gómez Bolaños lo asociaban por su talento para la pluma.
Sin embargo, su discurso antagónico y satírico ha sido censurado por muchos …otros simplemente le adoraron. Se preguntarán el por qué de esa dualidad. Ciertamente, la virtud creativa de Gómez Bolaños es innegable, pero para algunos el contenido temático y lingüístico de los programas que lo llevaron a la cumbre del éxito: “El Chavo del Ocho”, “El Chapulín Colorado” y “El Doctor Chapatín” resultaron indignantes. Aun así, su valor fue consagrado en toda Hispanoamérica y España. Eventualmente, éstos se tradujeron a más de veinte idiomas. Chespirito sentía gran responsabilidad con discutir la realidad del pueblo mexicano. El discurso “cantinflero” que quedó vacío con su fallecimiento apoderó al pueblo mexicano porque presentó su verdadera situación. Cantinflas, con gran sabiduría idiomática, supo llevar el mensaje de desigualdad, lucha de poderes, acoso, hambruna… Desde el lente pequeño existía ahora para Chespirito el deber de discutir esos temas que seguían afectando a México.
El Chavo del Ocho se desarrolla en el contexto de una vecindad controlada por un
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La vecindad del Chavo |
“terrateniente” el Sr. Barriga (obsérvese lo peyorativo del nombre) que cobra renta de forma cruel sin importar las circunstancias de los inquilinos. Este representa al gobierno, la estructura de poder que lancera al desventajado. El Chavo es del Ocho porque en realidad tiene destinado el apartamento número ocho, pero al quedar huérfano decide voluntariamente retornar al barril como devolviéndose al vientre materno. Doña Florinda es una madre soltera que cría a su hijo Kiko de forma sobreprotectora. Ha luchado fuertemente para que sea educado y obtenga buenas calificaciones. En fin, quiere lo mejor para él. Doña Clotilde es una anciana que vive sola. Los chicos le temen porque suele ser hostil. Don Ramón es padre custodio de la Chilindrina. Pasa muchas vicisitudes en la crianza de su hija. Parece como si “el Mundo siempre se le viniera encima”. Las miserias del Chavo y las de Don Ramón son muy distintas. Se sugiere que el Chavo vive en regocijo aun con sus dificultades circunstanciales mientras que Don Ramón está sumergido en total vacío existencial, no encuentra salida. El Profesor Jirafales surge como la figura letrada, tiene el poder de la palabra no así el económico. Es el redentor para los chicos. La educación te salva, ese es su mensaje y a la vez el de Chespirito para su pueblo mexicano. La vecindad presenta entonces una solidaridad soslayada, todos somos uno, el pueblo. Lo vemos en episodios donde se desprenden en servicio entre ellos. Chespirito alterna los valores y antivalores en circunstancias muy especiales y sensibiliza a México a través de sus personajes.
Podemos observar en la trama patrones de acoso y violencia que nos inviten a descartar presentárselo a los niños. La Srta. Walesca Méndez y yo, la Sra. Toro, optamos por hacer la diferencia. No vivimos en sociedades irreales. Nuestra cultura está rebosada de ejemplos como los discutimos por Gómez Bolaños. Considerarlos superficialmente es una opción, pero no la nuestra. Si nos adentramos en el Mundo de las posibilidades es una gran oportunidad para discutir cómo se pueden lastimar los sentimientos de tus vecinos y amigos al llamarlos por nombres, qué hacer ante los patrones de violencia, exaltar la labor de las madres y los padres jefes de familia que hacen una tarea extraordinaria día a día con sus hijos/as, cómo la educación se convierte en un boleto de éxito garantizado, entre muchas otras ideas.
Ni México, ni Puerto Rico, ni el Mundo merecen el silencio ante las realidades discutidas. Es nuestra responsabilidad como educadores, trabajadores sociales, consejeros, directores y como comunidad escolar fomentar el conversatorio sobre estos temas y consolidar acuerdos con nuestros alumnos. Sobre todo, apoyarlos a identificar los patrones mencionados tanto en niños como en adultos para desarrollar un plan de acción. Nuestra invitación es que se aventuren a la maravillosa experiencia de descubrir espacios posibilitadores.
Cordialmente,
Ma. Ed. Yomaris L. Toro
M.I.S. Walesca Méndez